En la vida como en los negocios la confianza es uno de los elementos más importantes que le dan valor a nuestras relaciones personales como comerciales. En este último caso la ecuación es simple pero trascendente: Sin confianza no hay clientes, sin clientes no hay ventas y sin ventas no hay empresa.
Esta confianza entre cliente y prestador de servicio se construye todos los días mediante comportamientos y modos de hacer las cosas que van generando ese vínculo. Ambos elementos surgen de la práctica cotidiana y de hábitos que se fomentan a través de acciones y documentos normativos. Dentro de estos últimos encontramos los códigos de ética.
La ética son los valores y principios que guían la actuación de las personas en lo individual o grupal, en los ámbitos privados o profesional, dentro o fuera de una organización.
En el caso de las empresas estos principios y valores se socializan y formentan de manera escrita en forma de lineamientos. Se trata de un conjunto de criterios que conducen el comportamiento de los trabajadores, los cuales son definidos por la propia empresa basándose en valores universales como el respeto, la honestidad y la integridad.
En este contexto la ética da valor agregado al diario quehacer de las organizaciones tanto en la fabricación de productos como la prestación de servicios. Para los clientes es importante tratar con empresas en las que puedan depositar su confianza. La construcción de este vínculo normalmente lleva tiempo porque requiere de una interacción entre las partes donde mutuamente se valoran acciones y comportamientos. Sin embargo, el rompimiento de este lazo pude tomar apenas unos minutos porque la confianza es como un juego de Jenga, donde un error, puede derrumbar el resto de las piezas.
El cliente puede observar y percibir un comportamiento ético de su proveedor desde el primer contacto entre ambos, pasando por la cotización, desarrollo y terminación del servicio, incluso después para atender cualquier duda o corregir un error.
La ética en la prestación de servicios dentro de la iniciativa privada va más allá de un trato honesto y transparente. Se trata de una cultura organizacional soportada en políticas, procedimientos y sistemas de gestión de la calidad que asegure un patrón de conducta uniforme entre todos los miembros de una empresa. En RIALVAS la ética es un valor fundamental que nos ha permitido generar vínculos de confianza con clientes, proveedores y colaboradores. Nuestro Código de Ética está presente en la gestión del recurso humano y en toda la cadena de valor de nuestros productos y servicios.