La industria de las energías en México ha cambiado. La entrada en vigor de la llamada Reforma Energética abrió el mercado de este sector a la libre competencia con nuevos lineamientos, actores y entes reguladores, como la Ley de Hidrocarburos y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
A su vez, las empresas que participan en este importante sector de la economía nacional -particularmente en la industria de los hidrocarburos- deben ajustarse a lo que establecen las leyes en la materia y cumplir con los requerimientos de las autoridades normativas en estados y municipios en los diversos aspectos que abarcan este tipo de proyectos.
Esto es así, porque si bien todas las actividades humanas involucran un cierto grado de riesgo, el sector energético aún más por el tipo de insumos y procesos que se realizan en sus instalaciones, líneas de transporte y áreas de almacenamiento, siendo la seguridad de gran importancia para el desarrollo responsable de sus actividades.
El constante incremento del costo de equipos, primas de seguros, además de posibles pérdidas humanas por eventos no deseados, son algunos de los aspectos que han motivado el impulso de la industria hacia objetivos de prevención de riesgos.
En este sentido, el peligro es definido como la probabilidad de ocurrencia de un agente perturbador potencialmente dañino de cierta intensidad durante un determinado periodo y en un sitio determinado, mientras que la identificación de riesgos es la capacidad de reconocer y valorar las pérdidas o daños probables sobre los agentes susceptibles de ser afectados y su distribución geográfica, a través del análisis de los peligros y la vulnerabilidad. Todo esto, según lo establecido en la Ley General de Protección Civil de México.
De acuerdo a lo anterior, los riesgos de accidentes en el sector energético deben identificarse y evaluarse para implantar las medidas que eviten la ocurrencia de los mismos o que minimicen las consecuencias asociadas a ellos, es decir identificar, jerarquizar, evaluar y en su caso reposicionar el riesgo, analizando la ocurrencia y severidad de las consecuencias que pudieran presentarse, a partir de las cuales puedan establecerse las salvaguardas para su mitigación, así como la protección del personal, equipo y ambiente.
En este sentido, el análisis de riesgos, es un instrumento que facilita la gestión de este tipo de hechos, siendo el documento de referencia para que los involucrados en la toma de decisiones conozcan y apliquen las acciones necesarias para minimizarlos y reducir las pérdidas.
Este tipo de análisis permite a toda organización operar con seguridad, eficiencia y prevenir cualquier escenario que pudiera representar costos económicos y de vidas ante la ocurrencia de un evento no deseado.
En RIALVAS contamos con un grupo multidisciplinario de especialistas en la elaboración de análisis de riesgos, no sólo para el sector energético sino para cualquier tipo de industria o de empresa para una gestión responsable de sus recursos humanos y materiales, así como del entorno natural donde opera.
